The UEFA's bill

El penalty más injusto de la historia nos privó del triunfo

 

Martin Hansson, un nuevo nombre a añadir a la historia del Atleti. O mejor dicho, podemos hablar de Michel Platini, el verdadero culpable, sin duda, de lo sucedido hoy en Liverpool. No hay palabras para mostrar la indignación, rabia e impotencia que se siente al ser robado, ultrajado y masacrado por algo que no tiene que ver con el deporte. Indignación por las 2600 maravillosas personas que han dado toda una lección de afición y de amor a unos colores, callando durante más de medio partido a unas de las mejores hinchadas del mundo. Asco, porque este deporte esté cada vez más lejos de su espíritu y más cerca de intereses de una panda de gilipollas como el racista de Diouf, cuya única aspiración es que el Atleti llegue sin clasificar a Marsella para perpetrar la mayor vergüenza de la historia del deporte.

Porque, no es normal que, en el partido de ida, fuese o no mejor el Liverpool que el Atleti, el árbitro diese por bueno el gol de Keane y anulase un gol y una jugada 1x1 de Forlán por fuera de juego. Porque no es normal que hoy, en el minuto 93, el árbitro marioneta pite lo que ha pitado, que creo que es lo más lamentable que he visto en muchísimo tiempo en un campo de fútbol. 

En lo meramente deportivo, el Atleti salía con un ataque de entrenador de Aguirre, dejando a Agüero en el banco y metiendo en su lugar a Raúl García, jugando con trivote. Miles de críticas en las ondas para el Vasco, pero mira por donde, la jugada le salió perfecta.

El Atlético tuvo el dominio del partido en la primera parte, quitándole el balón al Liverpool y volviendo loco a su entrenador Rafa Benitez, que no encontraba la manera de meterle mano a los colchoneros. El Liverpool atacaba a ráfagas, generando peligro, pero el Atleti ya había avisado con un remate alto de Simao. Y en el minuto 38, un jugadón (y van 2) de Antonio López por la derecha, daba lugar a un centro que recogía Maxi, que se iba de su par y cruzaba perfecto ante la salida de Reina. Torres que resoplaba y el Atleti que, sorprendentemente, se ponía por delante. Y llegó el momento más mágico de los últimos años: Anfield callado y los 2600 aficionados atléticos, dando voz a los miles que estábamos en España. El "Atleeeeeti, Atleeeeeeti, Atleeeeetico de Madrid" retumbaba en las esquinas del mitico campo inglés, emocionando a mi y a muchos de los que no podíamos seguirlo en directo.

Tras el descanso, al que se llegó con 0-1, el Liverpool salió a comerse el campo, cosa esperada por otra parte. Pero el Atleti estaba muy sólido en defensa, aguantando el temporal, pero con Heitinga, Perea y Assunçao imponentes. Y así iban pasando los minutos, con el Liverpool intentándolo de todas las maneras, creando ocasiones de gol, pero sin conseguirlo. Y el Atleti, pese a que ya no tenía el balón, era capaz aun de lanzar contras peligrosas. Salió Agüero en el minuto 70 por Forlán y todo continuaba por unos cauces que hacían presagiar que el Atlético se iba a llevar una victoria histórica.

Pero nadie se acordaba ya de Platini y sus secuaces. Había habido varias manos reclamadas en ambas áreas, aunque ninguna merecedora de penalty. Pero la UEFA tenía que prevalecer, y en el minuto 93 en lo que posiblemente era la última jugada del partido (y por tanto, última oportunidad de pitar algo) la marioneta sueca se inventa un penalty indescriptible de Pernía sobre Gerrard que el capitán transforma de manera sublime. Hablan mucho de Fair Play los ingleses, podían haber dado una lección y haber demostrado que aún el fútbol está limpio, pero claro, creo que estoy pidiendo un imposible. El Liverpool no tiene culpa de lo que Platini quiere.

Al final 1-1 y una sensación de disgusto atroz. Pero conforme pasan los minutos, me doy cuenta de que no podemos más que sentirnos orgullosos, por una vez, de esos jugadores que hoy han dado todo en un escenario increible (un 10 para todos y un 11 para la defensa, incluyendo a Assunçao), de esos aficionados que han demostrado que volvemos a ser la mejor afición de España (jamás he visto un desplazamiento así en Europa, jamás), incluso de ese criticado entrenador que ha acertado de pleno con su planteamiento (algunos lo achacarán a la suerte). Es momento de estar orgullosos de todos y de certificar contra el PSV, sea donde sea, nuestro pase a octavos, porque somos mucho más grandes que la escoria de Platini y Diouf y porque, tras estos dos últimos partidos, somos merecedores de eso y de mucho más.

PUTA UEFA